Recobrar la capacidad de asombro, de sorpresa,
de dejarnos sorprender por la vida y sus momentos.
Recuperar la mirada limpia e inquieta
como cuando éramos niños.
Donde sólo existía el aquí y ahora,
el instante irrepetible dispuesto para lo inédito .
Donde un olor, un color o un sentimiento
bastaban para conjurar nuestros sentidos a la gran fiesta.
Reescribir el cuento cada día,
dejar espacio libre entre tanta certeza incierta,
entre tanto juicio que ni tan siquiera a veces nos pertenece…
Volver a creer en la magia para crearla,
dar rienda suelta a nuestro Instinto y que nos guíe
por los caminos que queremos recorrer y no los otros.
Desear como un niño sus anhelos,
ir a por ellos sin aceptar un no como respuesta.
Recuperar la mirada viva que nos reúne
con toda la Belleza de la que somos parte.
Para quitarnos las gafas que confundieron
la sociedad con la Vida, el suelo con la Tierra,
la Abundancia con el dinero…
Permitamos que el asombro nos despierte
del letargo de los miedos,
de tanta rutina de “noes” que nos roba el alimento.
Preguntemos a nuestro niño la reglas del Juego.
Tan sólo hay que recordarlas, siguen intactas.
Dejémonos sorprender por el instante,
soplemos las nubes para que el sol recupere su espacio,
saquemos la lengua a la tristeza hasta que muera de risa.
Pongamos el Corazón en el timón y disfrutemos del viaje
y a los piratas de miedo que amenazan abordarnos,
cañonazos de ilusión y ganas de seguir Jugando,
Viviendo…
Asombrándonos…
Victoria Embid
Sin duda, y corroborado además por la antropología.
Un saludo, y gracias por compartir.
Gracias a ti por recibirlo.
Importante y básico el asombro en nuestra cotidianidad, siiiiiii asombro, siiiii instantes, siiiii aki y ahora, gcs por recordarmelo 😇😇
Gracias! Un abrazo.